Capítulo 44. ¡SEGUNDA TEMPORADA! -No dudes en perseguir tus sueños-

Al día siguiente mis padres invitaron a comer a los chicos. Cuando llegaron, mi hermana no tardó en acomodarse al lado de Dani. Yo me senté al lado de Álvaro, para aparentar ser una pareja normal.

-Oye Dani, ¿puedes venir un momento?-le dijo mi hermana a Dani.

-Eh... Claro, claro.-dijo mirándome a mi.

-¿Como estas, enana?-me susurró Álvaro.

-Bien, aquí vamos. ¿Y tú?-le respondí.

-Bien, esperando tu decisión...

-Quiero estar contigo, siempre. Y cuando tenga los 18 años casarme contigo y ser la chica más feliz del mundo. Te quiero. Siento haberte hecho pasar estos días, pero lo necesita.-le susurré.

-Eres la mejor... Y no tienes que sentir eso, si lo necesitabas, yo lo entiendo. Te quiero muchísimo.-me dijo. Después, me besó.

Justo en ese momento llegaba Dani, con los labios rojos y mi hermana sonriendo.

-¿Os lo habéis pasado bien?-dije mirando a Dani.

-¡Dani y yo somos novios!-saltó mi hermana.

-Ey, yo no te he dicho nada. Vamos a conocernos y después se verá.-aclaró Dani.

-Bueno, pero parece que un beso ha habido, solo hay que mirarte los labios.-dije.

-María, ¿que te pasa?-me preguntó Álvaro.

-Nada. Dejémoslo.-respondí.

Nos volvimos a sentar todos en la mesa y comimos. La tensión entre Dani y yo era palpable desde lejos.

-Ahora que estáis todos, quiero deciros una cosa.-dije en alto.

-Dinos, hija.-dijo mi madre.

-Álvaro me pidió matrimonio hace unos días y cuando tenga 18 años, si todo va bien, nos casaremos.-solté.

Todos aplaudieron menos Dani. Mi madre vino a darme dos besos y todo. Mi padre me felicitó desde su sitio.

-Eres un amor de chico, Álvaro. Espero que me la cuides siempre.-le dijo mi madre a Álvaro.

-No lo dudes. Es mi única misión.-dijo sonriendo.

-¿Pues sabéis? Me lo he pensado mejor y... quiero ser tu novio, Paula.-dijo Dani.

-Ay, te quiero.-le dijo mi hermana. Después, le besó.

-Pues sí que hay parejas aquí, eh.-dijo mi padre.

-¿Y tú, Blas? ¿Tienes novia?-preguntó mi madre.

-Yo tengo algo, sí...-dijo con una sonrisilla nerviosa.

-Haber si nos la presentas algún día. Y vosotros, David y Carlos, ya conozco a vuestras amadas, son unas niñas geniales.-dijo mi madre.

-Lo sabemos.-dijo con una sonrisa Carlos.

Cuando acabamos de comer, nos sentamos en el sofá como pudimos. Los chicos dijeron que se tenían que ir, ya que tenían que ir al estudio a ensayar. Nos despedimos de ellos, ya que al día siguiente iban a Cádiz a dar un concierto y se iban por la mañana temprano.

Una vez se fueron, cogí a mi hermana del brazo y la llevé a mi cuarto.

-¿Que habéis hecho Dani y tú?-le pregunté.

-Cosas de mayores, eso no lo puede saber una enana como tú.

-Ya.

-Tía, ¿has oído? ¡Ha dicho que somos novios!

-Ni le conoces, luego te podrías arrepentir.

-¿Lo dices por algo en concreto?

-No, pero Dani es algo más que una cara bonita y tiene cosas que te pueden gustar y otras que no, solo eso.

-Ah, bueno, eso ya lo iré viendo yo. Ojalá yo también me case con él, como Álvaro y tú. Que pareja más bonita hacéis.

-Gracias.

Salí de mi cuarto y me fui al patio, necesitaba aire. Llamé a Natalia y a Laura, no hablábamos desde antes de lo que le pasó a mi hermana y quería preguntarles el por qué de no llamarme ni ir al hospital.

Por suerte, lo arreglamos todo, también les conté todo lo que había pasado hasta ahora y me dieron algún consejo.

Esa tarde, tuve que interrumpir a Álvaro de sus ensayos y le llamé...