sábado, 29 de junio de 2013

Capítulo 34. ¡SEGUNDA TEMPORADA! -No dudes en perseguir tus sueños-

Pasaron varios meses y todas seguíamos hablando con los chicos a través de whatsapp. Nada era igual, pero por el momento teníamos que seguir así.
(Me suena el teléfono)
-Hola cariño.-contesté al ver que era Álvaro.
-Hola princesita. ¿Me echas de menos?
-Muchísimo. No sabes cuanto.
-Mira por la ventana.

Tiré el móvil en la cama y fui corriendo a mirar por mi ventana. Y ahí me lo encontré, a Álvaro, plantado debajo de mi casa con un ramo lleno de rosas. Me salió una sonrisa enorme y bajé abajo. Fui corriendo hacia él y le di un abrazo enorme, de esos que significan "te he echado de menos".
-Te quiero, te quiero, te quiero.-le susurré mientras nos abrazábamos.
-Yo te quiero más. Toma, esto es para ti.-me dijo al yo dejar de abrazarle.
-Son preciosas. Gracias.
-Más preciosa eres tú.
-¿Como ha ido por allí? ¡Cuéntame todo!
-Ha sido genial, los conciertos llenos de gente y todos muy entregados. Los detalles ya te los contaré otro día, ahora sólo quiero pasar este día entero contigo.
-Me parece bien. ¿Y los demás?
-Pues mira, Carlos ha ido a casa de Natalia, David a casa de Laura y Blas y Dani lo han dejado con sus chicas.
-¿Y eso?
-Eran demasiado celosas y no soportaban que no estuvieran aquí. ¿No has hablado con ellas?
-No, nos peleamos hace varias semanas y no he vuelto a saber nada.
-Ah... Pues eso es todo. ¿Me concedes tu mano?
-Claro, caballero.

Tenía una sonrisa de oreja a oreja, no podía ser más feliz. Fuimos a dar una vuelta, compramos unos helados y sobre las 7 de la tarde, quedamos todos juntos.

-¡Guapísima!-me dijo Dani al verme y dándome un abrazo.
-¡Rubio guapo! Me alegro de volver a verte, feo.
-Yo también, enana.
-¡María!-me gritó David al cruzar la puerta.
-¡Mi conguito favorito! Te he echado muchísimo de menos, que lo sepas.
-Yo también, feoncia. Te quiero mucho.

Con Blas y Dani el reencuentro fue menos alegre, ya que al vernos a mi, Natalia y Laura, se acordaban de sus chicas. Pero se notaba que se alegraban de vernos y estar otra vez en España.
Estuvimos toda la tarde-noche contándonos cosas, teníamos mucho de lo que hablar.
Al día siguiente era sábado, por eso nos lo podíamos permitir, porque ahora nosotras tres estábamos en pleno tercer trimestre de primero de bachillerato.