viernes, 15 de febrero de 2013

Capítulo 33. {No dudes en perseguir tus sueños.} ÚLTIMO CAPÍTULO.

NARRA NATALIA.
-¿Sabes que te voy a echar de menos, no?-me dijo Carlos.
-Lo que no sabes es que yo a ti más...-le contesté.
-¿Sabes? La primera vez que te vi, pensé, mira, esta es la tímida del grupo. Pero no sé, te fui conociendo y cada día me gustabas más y más... Hasta que me enamoraste. Y no sabes cuanto me alegro de ello. Gracias por hacerme tan feliz este mes juntos. De verdad. No sé como agradecértelo.-me dijo.
-No me lo tienes que agradecer. Sólo me tienes que prometer que siempre vamos a estar juntos.-le contesté emocionada.
-Te lo prometo. Siempre.-me susurró.
-Te quiero. Te quiero muchísimo, rubio.-le dije abrazándole. 
-Yo más, mi pequeña loquis.-me contestó.
Y después de ese abrazo, nos dimos un beso. Un beso que no olvidaré jamás.

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Todos los chicos se fueron a despedirse y yo me quedé sola con Álvaro. Aprovechamos ese momento también, para despedirnos. Ya no habrían más momentos.
-Bueno, ha llegado el momento...-le dije acercándome a él.
-Pues sí...-me contestó él.
-No me olvides nunca, por favor.
-Eso no hace falta que me lo pidas. Nunca podría olvidarte, pasara lo que pasara.
-Ojalá pudiera ir contigo...
-Vente, no tendría inconveniente.
-Ya me gustaría. Pero esto es para vosotros y merecéis disfrutarlo como nunca. Y eso quiero que hagas, eh. Por cierto, tráeme algo de allí, anda.
-Me lo pensaré...-dijo riendo.-Te quiero.
-Yo más...-le contesté con lágrimas en los ojos.
-¡Álvaro! Hay que entrar ya.-gritó Carlos.
-Ya voy.-le contestó.
-Adiós...-le dije llorando.
-Te amo.-me contestó besándome rápido.
-Yo más.-le dije mientras ya corría hacia embarcar.

Nos quedamos allí las cinco, viendo como embarcaban. Todas estábamos llorando. Cuando ya se iban para dentro, Álvaro se giró y noté en sus labios como me decía "te quiero". Yo lloré más.
-No puede ser... No puede ser que se hayan ido...-les dije.
-Tranquila, princesa, pronto volverán y otra vez estaremos achuchándoles.-me dijo Carla tranquilizándome.
-Claro que sí, María. Carla tiene razón. Ahora hay que seguir para adelante, por ellos.-me animó Aina.
-Eso intentaré... Bueno, ¿nos vamos ya?-pregunté.
-Claro.-dijo Natalia.

Nos fuimos en silencio, cogimos un taxi y volvimos a la casa. Una casa enorme para cinco chicas, faltaba algo. Faltaban ellos. Nos hacían mucha falta. En aquella casa quedaban guardados muchos momentos bonitos. También malos, pero estábamos todos juntos. 
Al día siguiente teníamos que coger un avión hacia Barcelona. De vuelta a la rutina, en unas semanas estaríamos en el instituto y todo seguiría normal, hasta que volvieran.
No hicimos nada durante ese día, sólo hacer las maletas y recoger todo. A las 9 nos fuimos a dormir, ya que al día siguiente cogíamos el avión a las 7 de la mañana.

¡FIN!

Yo quería dar las gracias a todas las personas que han seguido esta novela y aunque, sé que os da pena que acabe (a mi también), tenía que hacerlo. Pero de verdad, gracias por todas esas palabras bonitas que me dedicáis cada día hacia la novela. Me alegro de que haya gustado tanto y quien sabe, ¡alomejor en verano empiezo otra! Un besazo enorme, Auryners.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Capítulo 32. {No dudes en perseguir tus sueños.}

Llegó la hora. Ese instante que ninguno de los diez queríamos que llegara. Magí era el único que estaba contento, por la increíble gira que les esperaba por allí.
-Ha llegado la hora...-dijo Álvaro.
A mi ya se me empezaron a caer unas lágrimas.
-Chicos, prometedme que vamos a estar los once, todos reunidos, muy pronto.-dijo David emocionado.
-Prometido, enano.-le dijo Aina.
-Carla, ven un momento, por favor.-le dijo Blas.

NARRA CARLA.
-Sólo quería decirte que gracias por todo lo que me has hecho sentir y que, por favor, me esperes.-me dijo Blas.
-No dudes en que te voy a esperar, feo. Las gracias te las tengo que dar yo a ti.-le respondí con lágrimas en los ojos.
-No quiero separarme de ti, nunca.-me dijo abrazándome. Nunca había visto así a Blas, tan sensible. Pero me encantaba. Me encantaba ver como expresaba todo lo que sentía por mi.
-Ni yo. Te quiero mucho.-le dije entre sus brazos.
-Yo muchísimo más.-me contestó.
-Cuando lleguéis, llámame, ¿vale? Que no se te olvide.-le advertí.
-Sí, tranquila, mamá.-me dijo bromeando.
-¡Oye! A mi no me digas eso, eh. Y que conste que respeto mucho a tu madre, aunque no la conozca.-le dije riendo.
-La conocerás en breves.-me dijo con una sonrisilla.
-Ese día estaré muy nerviosa... Uf.-le contesté.
-Tranquila, seguro que le encantarás a mi madre. Como a mi. Bueno, no. Como a mi a nadie le vas a encantar.-me dijo besándome.
-Que tonto eres. Pero te quiero.-le dije.

NARRA AINA.
-Aina...-me dijo Dani, señalándome para que fuera hacia él.
-¿Qué pasa, rubio?-le pregunté.
-Quería que supieras que lo eres todo para mi, todo. Aunque suene muy cursi, pero quería que lo supieras.-me dijo muy sincero.
-Ay, mi rubio, si en el fondo eres un romántico...-le dije bromeando.
-Parece que me vas conociendo...-me dijo riendo. Adoraba su sonrisa, era especial.
-Calla, que te conozco desde antes que me conocieras tú a mi. ¿Te recuerdo que yo antes era tu fan?-le dije dándole un codazo.
-¿Ya no eres mi fan? Lloro.-me dijo haciendo gestos como un niño pequeño.
-Qué va. No puedo ser fan de alguien de quien estoy enamorada...-le dije tierna.
-Mira que eres preciosa...-me dijo cogiéndome de la barbilla.
-Te quiero muchísimo, ¿vale?-le susurré.
-Yo más.-me dijo. Seguidamente, me besó.

NARRA LAURA.
Cogí a David de la mano y nos apartamos de los demás. Necesitaba decirle unas cosas, a solas.
-Quería decirte una cosa...-empecé a decirle.
-Y yo a ti.-me contestó.
-Suéltalo.-le dije.
-Tu ya sabes que yo soy un poco sensible y eso...-empezó.
-¿Un poco?-dije riéndome.
-Ay, no me digas eso. Bueno, sigo. Que, resumiendo, que nunca me faltes, por favor. Quiero estar siempre contigo y ya sabemos que siempre vamos a estar algo distanciados, pero te prometo que haré todo lo posible para que estemos mucho tiempo juntos.-me dijo.
-Vale, confío en ti. Por cierto, cuando lleguéis, llámame, que si no me preocupo.-le respondí.
-Que tontita. Seguro que llegamos allí y triunfamos. ¡Verás!-me dijo feliz.
-No lo dudo. Pero llámame al llegar, anda.-le recordé. 
-Me lo apuntaré en la frente, para acordarme.-me dijo bromeando.
-Con lo despistado que eres, deberías hacerlo...-le dije riendo.
-Te quiero infinito, enana.-me susurró.
-Y yo, mi niño.-le contesté.
Estuvimos abrazándonos y en medio de ese abrazo, me besó muy tierno.

lunes, 11 de febrero de 2013

Capítulo 31. {No dudes en perseguir tus sueños.}

-Buenos días.-dijo Álvaro.
-Buenos días.-respondieron todos.
-¿Qué pasa?-preguntó Álvaro. Después me miró.
-Nada, ¿que va a pasar?-le respondió David.
Álvaro se sentó a desayunar, sin tener en cuenta a la gente de su alrededor.
-En dos horas sale el avión, tendríamos que ir yendo al aeropuerto.-informó Blas.
-Sí, vamos a coger todo. Nosotras os ayudamos.-dijo Aina.
Los chicos menos Álvaro, que estaba desayunando, fueron poniendo el equipaje en el taxi que nos llevaría al aeropuerto. Las chicas les ayudaron. Yo me senté al lado de Álvaro.
-¿Como estas?-le pregunté.
-Bien, ¿no se me ve? Estoy deseando llegar a Latino América.-me contestó.
-Ah... Me alegro. Yo también tengo ganas de que lleguéis. Llámame cuando lleguéis, por favor.-le pedí.
-¿Por qué?-me preguntó.
-Por que quiero saber que llegáis bien.-le contesté extrañada.
-También te pueden llamar los demás. No solo existo yo.-me dijo.
-Tío, ¿que te pasa? Dime lo que te pasa porque yo no te entiendo. Hasta hace media hora eramos como dos niños pequeños haciéndonos cosquillas y besándonos. No te entiendo.-le solté, por fin.
-Que me quiero hacer el fuerte. Pero que en verdad con estas cosas no lo soy. Eso es lo que me pasa. Que me mata saber que en unas horas ya no te voy a ver, no lo soporto. Y que te quiero más que a mi vida, por eso odio esta situación, la odio. No quiero irme de aquí. En estos instantes no me gusta ser cantante y tener que alejarme de la persona que más quiero. Pero mi sueño es cantar, y voy a seguir cantando siempre.-me dijo muy sincero.
-Yo no te digo que no cantes, yo te voy a esperar siempre.-le contesté secándole una lágrima que se le cayó al decir esas palabras. 
-Eso lo dicen todas las parejas y luego alguno de los dos se cansan.-me dijo.
-Pues yo no voy a ser de esas personas. Y espero que tu tampoco.-le dije.
-Nunca me voy a cansar de quererte.-me dijo acercándose a mi.
-Eres lo mejor de este mundo... No te rayes, sabes que siempre voy a estar aquí, pequeño.-le dije. Después, le besé.
-Va, vamos a meter mis maletas al taxi. Que se van a ir sin nosotros.-me dijo levantándose.
Metimos sus dos maletas y dos bolsas que llevaba Álvaro como equipaje y nos repartimos en dos taxis. Llegamos al aeropuerto a los 20 minutos. Los chicos fueron a facturar las maletas, nosotras nos sentamos en unos asientos que estaban libres.
-Ya está todo facturado.-nos informó Dani.
-Bien...-dijo Aina.
-Hey, enana, que nos vamos a volver a ver muy pronto. Seguro.-le dijo besándola.
-Como me hagas esperar mucho, verás.-le contestó bromeando.
-Que no. Te quiero.-le susurró.
Me encantaba la pareja que hacían Dani y Aina. Después de todo lo ocurrido con Dani, me hacía muy feliz verle así de enamorado.
-¿Vamos a tomar algo a ese bar?-preguntó Carlos.
-Y a comer, ¿no?-dijo Natalia bromeando.
-Claro.-le respondió riendo.
Fuimos a ese bar, que estaba al lado de donde estábamos sentados. Nos tomamos unas coca colas, en silencio. En esos momentos, creo yo, querríamos decirnos mil cosas, confesar todo lo que nos queremos y de lo pronto que volveremos a estar juntos. Pero era mejor no recordar que las cosas iban a cambiar en una hora, justo una hora.

domingo, 10 de febrero de 2013

Capítulo 30. {No dudes en perseguir tus sueños.}

*Suena el despertador a las 7:30 de la mañana*
-No...-dijo Álvaro.
-Va a ser que sí...-le contesté.
-Buenos días, enana.-me dijo besándome.
-Buenos días.-le contesté.
-No quiero levantarme de aquí...¿Que pasa si no me levanto?-me preguntó.
-Que te hago cosquillas hasta que no tengas más remedio que levantarte.-le dije bromeando.
-¿Sí? Ya puedes empezar, por que no me voy a mover.-me contestó con una sonrisa.
-Te vas a enterar.-le dije preparándome.
Empecé a hacerle cosquillas y él se empezó a reír. Ya iban muchas veces que decía "para", pero yo continuaba.
-Ya está. Ya está. Ya me he levantado.-me dijo riéndose a más no poder.
-Así me gusta.-le dije.
Fui hacia a él y le di un abrazo. Lo necesitaba. Era uno de los últimos que nos íbamos a dar hasta que volvieran de Latino América.
-Te quiero. No lo olvides jamás.-me susurró.
Yo empecé a llorar, no podía evitarlo. Quería ser fuerte y que el pensara que lo era, pero no pude aguantar, era demasiada la tensión y el pensamiento de saber que todo se terminaba.
-No llores, por favor.-me dijo secándome las lágrimas.
-No quiero que os vayáis.-dije mirándole a los ojos, mientras seguían cayéndose lágrimas por mi rostro.
-Ni yo quiero irme. Pero, por favor, no llores. En cuanto volvamos nos vamos a ver. Prometido.-me dijo.
Yo me fui a cambiarme, no soportaba que Álvaro me viera llorar. Él hizo lo mismo y se fue al baño. Cuando salió le noté algo en los ojos.
-Eh, feo, ¿que te pasa?-le dije quitándole sus manos de su cara.
-Nada. Déjame.-me dijo queriéndose irse.
-Por nada en el mundo voy a dejar que llores.-le dije.
-¿Y yo por qué he dejado que tú lloraras?-me preguntó.
-Es diferente...-intenté decir.
-No lo es.-me dijo sin dejar de acabar la frase.
Yo me fui hacia el comedor, con los demás, que nos estaban esperando para desayunar. Es verdad, no era diferente. Álvaro llevaba razón, pero mi orgullo no permitía que le diera la razón.
-Buenos días.-me dijo Blas.
-Buenos días.-le contesté.
-¿Y Álvaro? No está en su habitación.-me comentó Dani.
-Ha dormido conmigo.-le aclaré.
-¿Y por qué no baja?-me preguntó.
-No sé.-dije apunto de que se me cayera una lágrima.
-Hey, María, ¿que te pasa?-me preguntó Carla.
-Que no soporto esto. No quiero que esto acabe y acabo de ver a la persona que más amo llorar por que se va y no podremos estar juntos. Y es lo peor que he podido ver en mi vida...-le conté.
Los otros se quedaron alucinados cuando yo dije eso.Ninguno se esperaba que Álvaro llorara por eso.
-¿Como que ha llorado?-me preguntó David.
-Pues eso. Que ha llorado. Pero no digáis nada, por favor. Ya están las cosas bastante mal.-les dije.
-¿Pasáis la noche juntos y acabáis mal? Eso no puede ser.-dijo Carlos bromeando.
-No tiene ni puta gracia, Carlos. Joder. ¿No ves que aquí hay gente que sufre? Yo no se como tú puedes estar tan tranquilo.-exploté con Carlos. Y lo peor es que él no tenía la culpa.
-Lo siento...-me dijo Carlos arrepentido.
-La que lo siente soy yo, lo siento, de verdad. No tienes tú la culpa, pero es que no es mi mejor día, que digamos. Lo siento.-le dije.
En ese instante bajó Álvaro.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Capítulo 29. {No dudes en perseguir tus sueños.}

-¡¡Os quiero mucho!!-dijo Álvaro gritando.
-¿Eso era lo que tenías que decir?-dijo David.
-Sí, ¿os había asustado, eh?-dijo Álvaro bromeando.
-Que tonto...-dije.
-Pero me quieres.-me dijo Álvaro.
-Sólo un poquito.-dije acercándome a él para besarle.
Nos pusimos a cenar, que ya se nos había hecho tarde, por cierto. Al terminar de cenar, nos pusimos a ver una película de miedo.
-¿Tiene que ser de miedo?-preguntó Aina.
-Sí, así es más emocionante.-le contestó Dani.
-Súper emocionante...-dijo Carla irónicamente.
-Venga, tonta, no te pongas así. Si tienes miedo, yo te protejo.-le dijo Blas guiñándole el ojo.
-¿Y tú me vas a proteger?-le preguntó Natalia a Carlos.
-Me vas a tener que proteger tu a mi.-le dijo bromeando.
-Tranquila, Laura, yo si te protegeré. Estoy hecho todo un machote.-dijo David enseñando músculo.
-Más te vale.-dijo Laura bromeando.
Pusimos la película y nada más en los primeros cinco minutos algunas chicas ya teníamos miedo. Pasamos una hora y media de sobresaltos, gritos y con los cojines delante de la cara para no mirar.
Cuando acabó la película todas nos salió un suspiro de alivio. 
-¡Ha estado impresionante!-dijo Dani.
-Sí, una cosa que no veas...-dijo irónicamente Carlos.
-Pues a mi me ha encantado.-dijo Álvaro.
-Bueno, son las dos y media de la mañana... Ya es hora de irse a dormir, ¿no?-dijo Blas.
-Mañana hay que despertarse a las siete y media, a las once sale el avión.-recordó David.
-Sí... El avión...-repitió Álvaro.
-No quiero que os vayáis.-dijo Natalia.
-Y nosotros no queremos irnos, pero hay que reconocer que esto se acaba.-dijo Dani.
-Nos veremos nada más volver, seguro.-dijo Blas.
Subimos cada uno a nuestras habitaciones, no con buena cara. Era la última noche que pasaríamos con ellos, todo se acababa, todo este sueño que empezó tan solo hace un mes.
Nos metimos cada uno en su cama e intentamos dormir.
Yo no podía dormirme, eran las tres y media y todavía seguía despierta.
-María...-dijo Álvaro abriendo mi puerta intentando no hacer ruido.
-¿Qué haces aquí? Pasa.-le dije.
-No puedo dormir...-me dijo. Entonces, le hice una señal para que se tumbara a mi lado.
-Yo tampoco.-le contesté.
-Todo esto es tan raro... Después de este mes no puedo imaginarme volver a la rutina, volver a estar de un lado para otro, sin ti...
-Ya sé que es raro, pero es lo que hay. Y yo estoy segura de que nos volveremos a ver pronto.
-Sí...
-Venga, feo, quédate aquí, ya que es nuestra última noche juntos.
-Te quiero.
Yo le dí un beso y apagué la luz de la lámpara.

martes, 5 de febrero de 2013

Capítulo 28. {No dudes en perseguir tus sueños.}

-Ya son las seis, todo el mundo para las duchas y a ponerse guapos. ¡Vamos!-nos dijo Magí con alegría.
-Vale. A las siete estaremos listo, ¿no, chicos?-dijo Blas.
-Claro.-dijo Dani.
-Pues va, no perdáis tiempo.-nos dijo Magí.
Todos nos fuimos corriendo hacia las habitaciones y nos preparamos. A las siete estábamos todos en el comedor preparados, esperando a Magí.
-¡Hola chicos!-gritó Magí abriendo la puerta.
-¡Hola!-le contestamos.
-Mirad que he traído.-dijo trayendo una mesa con ruedas.
-¡¡Tarta!!-gritó Carlos.
-¿Y esto?-pregunté.
-Dentro de poco es mi cumpleaños y me gustaría celebrarlo con vosotros, sois como mi segunda familia.-dijo Magí emocionándose.
-Oh, que bonito.-dijo Aina.
-Ahora toca cantarte el cumpleaños feliz, aunque todavía no lo sea. ¿Lo sabes, no?-dijo riendo Álvaro.
-No hace falta...-dijo Magí.
Antes de que acabara, empezamos todos a cantarle el cumpleaños feliz. Fue un momento muy especial, y uno de los últimos.
-Muchísimas gracias, de verdad. Os quiero.-dijo Magí emocionado.
-Y ahora...¡a comerse la tarta!-dijo Carlos.
-La verdad es que tiene una pinta estupenda.-dijo David.
-¡Pues a comérsela!-dijo Magí.
Estuvimos comiéndonos la tarta, entre bromas. Álvaro me manchó la nariz de chocolate y después de correr detrás de él, yo también se la manché a él. Y así hasta las nueve de la noche.
-Ahora tenía preparada una música romántica, para que bailarais un poco.-nos comentó Magí.
-Buena idea.-dijo Carla.
Todos nos pusimos con nuestras respectivas parejas y nos pusimos a bailar, Magí entró a la cocina mientras tanto, a saber que tenía tramado. Álvaro me agarró de la cintura y nos pusimos a bailar lentamente, uno de los momentos más tiernos que he vivido con él.
-Te quiero...-me susurró al oído.
-Yo más.-le dije.
-Gracias por todo este tiempo. Te voy a echar mucho de menos. Pero te prometo que vamos a estar juntos de nuevo muy pronto.-me dijo.
-Eso espero, pequeño saltamontes...-le contesté.
Seguimos bailando hasta que acabó la canción. Después, Magí preparó todo para que los chicos nos dieran un mini concierto y decidieron cantar, cartas entrelazadas.
-"Una carta sin fin, un teléfono, un espejo que no deja de esperar, unos labios sin beso, una pareja sin sexo, una parada de más..."-empezó a cantar Carlos.
-"Una historia que no existe todavía, unas cartas recordando nuevos días. Un abrazo que no tiene salida, un por qué camuflado en ironía..."-continuó Blas.
-"No puedo describirte, no puedo si quiera nombrarte, sólo son líneas que caen sobre el papel, intentando dibujarte..."-prosiguieron todos.
Y así hasta que terminaron. Todas acabamos con alguna lágrima en la cara, era inevitable.
Cuando acabaron, vinieron a por nosotras, para abrazarnos todos a la vez.
-Chicos, tengo algo que anunciaros.-dijo Álvaro cuando terminamos ese gran abrazo entre todos.
-Suéltalo...-dijo Dani.